Nueva York fue la primera ciudad del mundo en movilizarse y protestar contra las bombas nucleares, la escalada nuclear y los peligros y amenazas no resueltas de la industria nuclear.
«La fuga radiactiva» supone el culmen de ocho años de «resistencia», y presenta un futuro en el que se produce una fuga radiactiva desde el punto de vista de varios personajes, que a la vez informan al espectador de aspectos de la energía nuclear que «normalmente no se debaten en público».